Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 13 de octubre de 1869
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Ochoa
Número y páginas del Diario de Sesiones: 139, 3.939, 3.940
Tema: Preguntas del Sr. Ochoa, sobre nombramientos de secretarios de Diputaciones provinciales, y sobre suspensión de un periódico en Sevilla

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Voy a contestar a las dos preguntas que ha tenido la bondad de dirigirme el Sr. Ochoa. La primera es relativa a los que, habiendo hecho oposición a las plazas de secretarios de Diputaciones provinciales, tienen derecho a obtenerlas. El Gobierno, como ha dicho S. S., hizo su terna con arreglo a las notas de examen; pero sabe el Sr. Ochoa que las calificaciones de aprobación son tres: sobresaliente, notablemente aprovechado y aprovechado. Los que obtuvieron la nota de sobresaliente, según la ley, deben ser propuestos para las provincias de primera clase; los notablemente aprovechados para las de segunda, y los aprobados para las de tercera. Pero como pudiera suceder, y eso ha sucedido en efecto en esta ocasión, que hubiera más sobresalientes que provincias de primera clase, yo, con objeto de que no saliesen perjudicados los sobresalientes respecto de los notablemente aprovechados y respecto de los aprobados, hice primero las propuestas de las ternas para las provincias de primera clase, a fin de que si sobraban, como era natural, sobresalientes, entraran a formar parte de las ternas para las provincias de segunda clase. Se hicieron, pues, las ternas única y exclusivamente para las provincias de primera clase.

Algunas Diputaciones han hecho los nombramientos; pero otras no los han hecho, y han dicho: " no los hacemos, porque según la ley deben hacerlos las Diputaciones que se elijan con arreglo a la misma ley, de ningún modo estas Diputaciones provinciales;" y como tienen razón, les he contestado: " Si queréis, podéis hacerlos: es por vuestro bien: es por bien del servicio vuestro: tenéis de secretario una persona que acaso no reúna las condiciones marcadas por la ley: ahora os propongo otra que llena esos requisitos hasta el punto de haber obtenido la nota de sobresaliente; pero si no queréis hacerlo, el gobierno, que no quiere saltar por encima de la ley, sino ajustarse a sus preceptos, respeta vuestra decisión y confiesa que tenéis razón." Por lo tanto, el gobierno no ha obligado a esas Diputaciones a que hagan los nombramientos, y espera a que se elijan las nuevas Diputaciones con arreglo a la ley, para que estas nombren sus secretarios. En esta situación se halla este asunto, y claro está que el Gobierno no ha podido todavía formar las ternas para las provincias de segunda clase. Y como el Gobierno espera que la elección de Diputaciones provinciales tenga lugar muy pronto, resulta que no tiene prisa, ni la tienen tampoco las actuales Diputaciones, en que se verifiquen inmediatamente los nombramientos de esos funcionarios.

Creo que habrá quedado satisfecho el Sr. Ochoa con esta explicación detallad que he dado a una de sus preguntas.

Voy a la segunda. [3939]

S.S. supone que el gobernador de Sevilla ha cometido un abuso suspendiendo un periódico titulado El Oriente, y que calificaba de católico apostólico romano y luego para concluir, monárquico carlista. Lo de carlista puede pasar, porque es verdad que lo era y lo parecía; pero lo que es de lo católico, permítame S. S. que le diga que no es exacto, porque no cumplía ninguno de los preceptos del catolicismo, y muy especialmente dejaba de cumplir el octavo mandamiento, pues no hacía más que calumniar, injuriar y levantar falsos testimonios; y si su señoría, que es tan aficionado a seso periódicos católicos apostólicos romanos, y por añadidura carlistas, quiere que esto se demuestre, estoy seguro que S. S. tendrá la colección; puede traerla aquí para edificación de las Cortes Constituyentes y así verá el país entero hasta dónde llega el catolicismo de ciertas gentes. Era un periódico el que se titulaba así, señores, que excedía en abuso respecto al lenguaje, en la calumnia y en la grosería, a todos los periódicos de que pueden tener noticia los Sres. Diputados, y cuidado que en Madrid se han publicado algunos que han ido muy allá en esta parte.

Además, debo decir a S. S. que extraña tanto que habiendo cambiado el nombre de Oriente en el de poniente, el gobernador no le haya dejado salir, y que se extraña mucho más., porque dice que se necesitan periódicos de orden en Sevilla, por estar allí la demagogia muy sobreexcitada, debo decir a S. S. que este periódico, llamándose antes El Oriente, sin duda porque pensaba encaminarse hacia la estrella de la fortuna y llamándose después El Poniente, sin duda porque la estrella de su fortuna se había eclipsado, y aquella aurora se había convertido en anochecer, lo que hacía era excitar las pasiones demagógicas, ayudar en sus planes a la demagogia, hasta el punto de que el Gobierno dudaba si era un periódico carlista y católico apostólico romano, como se leía en el epígrafe que aparecía debajo del título, o si era demagógico por las ideas que vertía y excitaciones que constantemente hacía.

El gobernador de Sevilla, pues, no faltó a su deber, porque en el momento en que votaron las cortes Constituyentes la suspensión de garantías, tuve buen cuidado en anunciarle así a los gobernadores por medio del telégrafo, y el de Sevilla, que se vio con esa autorización y que observaba que aquel periódico no hacía más que excitar las pasiones, lo suspendió, e hizo bien, impidiendo que ese periódico continuara publicándose aun después de cambiar su nombre, porque El Poniente no hacía más que lo que hizo El Oriente, y El Oriente no hizo otra cosa que lo que después hacía El Poniente. De manera que el gobernador que no ha quebrantado ley alguna; y créame el Sr. Ochoa: si en efecto defiende de buena fe los principios de la religión católica apostólica romana, y los principios del sistema político en que milita, no debe ofender periódicos como El Oriente de Sevilla. El Oriente era en su disfraz católico apostólico romano, pero en lo demás era demagógico. Por consiguiente, no se inquiete S. S. tanto por la suerte de ese periódico: cuando pasen las circunstancias críticas porque atravesamos; cuando la provincia de Sevilla, como las demás de España, queden completamente tranquilas, podrá reaparecer ese periódico, pero sin volver a hacer lo que ha hecho hasta aquí, publicándose, si quiere, en dos partes, El Oriente y El Poniente: la una, representación del partido carlista antes de su intentona; la otra, representación del partido carlista después de su intentona.



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